Viajar a la selva amazónica es internarse en la mayor reserva ecológica del planeta, con una abundancia inimaginable de especies vegetales y animales. Esta región de alta lluviosidad, considerada el "pulmón del mundo", está marcada por el paso del río Amazonas, el más caudaloso de todos, y sus numerosos tributarios, que en su recorrido van formando centenares de islas.